miércoles, 22 de abril de 2015

Reconocimiento

Suena el despertador y crees que va a comenzar un nuevo día tan aburrido como los anteriores. Pero hoy tu vida va a cambiar irremediablemente. El primer indicio lo tienes en el ascensor. La vecina cotilla no trata de sonsacarte detalles y más extraño aún ni responde a tu saludo ni te mira. Piensas que estará molesta por algo y no le das importancia. Cuando ni el quiosquero, ni los compañeros de trabajo te devuelven el saludo te preocupas, sobretodo cuando has de apartarte en el último momento para no chocar con ellos. Tampoco ayuda ver que han cambiado la clave de tu ordenador. Despedido, piensas con rabia. El mazazo viene cuando para calmarte coges el periódico y casualmente ves tu nombre en una esquela. Antes de poder gritar, tu cuerpo tiembla y se borra paulatinamente hasta desaparecer, como si tu vida hubiera sido un sueño cruel.

No hay comentarios: